“Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica” // Lucas 8:21
Este verano hice un peregrinaje a Fátima con mi familia; visité a nuestra Señora y me acerqué a Jesús a través de ella. Fue muy impactante ver la gran fe de los otros peregrinos – algunos dando vueltas alrededor de la Capilla de las Apariciones a rodillas, otros fielmente rezando el rosario y otros encendiendo una vela a nuestra Señora.
Cada noche, todos los peregrinos rezamos el santo rosario en diferentes idiomas—en portugués, francés, español, italiano y latín. La gran mezcla de lenguas romances creaba un ambiente de riqueza lingüística y cultural,y me recordó que nuestra Iglesia es universal.
Mi mamá, mi hermana y yo le pedimos a un sacerdote de Brasil que nos tomara una foto. Aunque nosotras hablábamos en español y él en portugués, de alguna manera encontramos cómo comunicarnos. Aunque no le podía entender completamente, sí podía sentir su santidad palpable, su gran alegría y su paz profunda. Se sonrió con nosotras, nos dio la bendición y nos abrazó como si fuéramos su familia. Sentí que había abrazado a Jesús.
Este sacerdote, estoy segura, que hablaba el idioma de Dios, hablaba el idioma de amor: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lucas 8:21).
Todos aquellos que escuchan la voz del Señor, que meditan en Su Palabra, que tratan de hacer Su Voluntad poco a poco irán hablando el mismo idioma que Dios. Esos fieles empiezan a sonar como Jesús y actuar como Él. Y nos damos cuenta inmediatamente de que son Sus seguidores. Sigamos, hermanas, en el camino del Señor para hablar Su idioma de amor y poner en práctica Su Palabra para que seamos dignas de ser llamadas Sus hermanas.
// Alexandra Geigel es una joven católica. Vive en el norte de Virginia y tiene padres de Guatemala y Puerto Rico. Estudió español e inglés en la universidad y ahora trabaja para la Iglesia. Le encanta leer la Biblia, escribir historias y tocar su ukelele. Pero lo más importante para ella es su fe católica y quiere que todas las personas conozcan el Corazón de Jesús a través de una relación personal con Él y devoción a la Eucaristía.