LECTURAS DE HOY 

 

En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice que cojamos nuestra cruz y le sigamos.

¿Qué significa eso en realidad?

En el tiempo que llevo en mi ministerio, he oído a mucha gente decir: «Esta es la cruz que Dios te dio, estás llamada a llevarla». No sólo me hizo sentir que mis emociones no eran válidas, sino que también me hizo sentir que nadie me escuchaba. Llegué a un punto en el que me resentí con el Señor. No era capaz de sufrir bien y constantemente sentía que esas cruces eran elegidas para mí contra mi voluntad. 

No fue hasta que un amigo sacerdote escuchó la cruz que llevaba con mis seres queridos, que me miró intencionadamente, me cogió la mano y me dijo: «Te veo y te oigo. Es muy pesado llevar esa cruz. Pero Él está ahí. No te ha abandonado».


En un instante me sentí escuchada. Ya no era «Esta cruz fue dada y ahora tienes que llevarla», sino que ahora era: «Te veo en tu sufrimiento, estoy contigo, y el Señor la lleva contigo».

Hermana, ¿has sacado al Señor de tus sufrimientos? ¿Has descuidado las cruces que Él te ha dado? 

Cruces que están destinadas a llevarte a la intimidad con Él.

Cruces que llevan a otros a la intimidad con Él. 

Cruces que son una invitación al amor.

Sé que a veces nuestras cruces parecen sofocarnos y nos hace sentir que no somos vistas. 

Pero esto está muy lejos de la verdad, ya que Cristo, en Su propia pasión, muerte y sufrimiento, fue donde más se le vio ahora, para siempre y por toda la eternidad. 

No lo dejes fuera de tus sufrimientos, hermana mía.

Abraza la cruz que te ha sido dada,

Besa la cruz que te acerca a Él, 

y une tu cruz al Cristo que nunca te ha abandonado.

Él conoce tus sufrimientos y desea acercarse a Él a través de ellos.

// Ashley Diaz

Back to blog