LECTURAS DE HOY

Bendita sea al Señor ahora y para siempre” // Salmo 112

Hoy en la Iglesia celebramos la memoria de San Maximiliano María Kolbe, un hombre que dio su vida para servir a otros y darle toda la gloria a Papá Dios. San Maximiliano nació en Polonia y cuando tenía como diez años, la Virgen se le apareció ofreciéndole dos coronas: una blanca representando pureza y otra roja representando martirio. Él aceptó ambas.

La docilidad de San Maximiliano es la virtud que más me resalta. Él, desde pequeñito, siempre aceptaba la voluntad de Dios. Después de aceptar las dos coronas cuando era chiquito, se ordenó como sacerdote en 1918 y empezó a trabajar como misionero. Él estaba convencido de que todos debíamos formar parte de la Militia Immaculatae, es decir, una militancia de la Virgen Maria para ganar más almas a Jesús. Tenemos que pelear, dándolo todo, por Amor.

El vivió en un tiempo muy oscuro (durante la segunda guerra mundial) pero aún en esa oscuridad le sacaba lo positivo a sus circunstancias. Él y sus hermanos friars usaron la nueva tecnología para evangelizar por radio y planearon construir un estudio cinematográfico.

En 1941 los planes cambiaron cuando San Maximiliano fue arrestado por los Nazis y llevado a Auschwitz. Ahí, siendo dócil al plan de Dios, aceptó su circunstancias mientras decía con su vida como el salmo de hoy, “Bendita sea al Señor ahora y para siempre” (Salmo 112). A pesar de vivir en uno de los momentos más oscuros de la historia, peleó para ser luz en medio de los planes de Dios, nunca rechazando o tratando de cambiarlos. El 14 de agosto de 1941, él dio su vida en lugar de otro prisionero. Terminó muriendo por una inyección de ácido carbólico. Hoy en día es santo y un ejemplo de esperanza en los momentos más oscuros.

Hermanas, probablemente no estemos en situaciones tan intensas como San Maximiliano pero si tendremos oportunidades para morir a nosotras mismas por amor al prójimo. Pidámosle a San Maximiliano que interceda por nosotras para que podamos ser parte de la Militia Inmaculada para pelear por el Amor y aceptar con docilidad todos los planes de Dios para siempre glorificarlo.

// Joanna nació en Venezuela y se crió en Miami donde aprendió a hablar “fluent Spanglish”. Conoció a sus dos mejores amigas, Santa Teresita de Jesús y Santa Faustina, durante una misión en Haití y desde ese entonces su vida cambió. En el 2023 renunció a su trabajo para servir como misionera católica en la Isla de Santos y de los Sabios.

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